El masato es la bebida que elaboran los indígenas amazónicos con yuca
hervida. Lo beben todas las etnias y a todas horas, a las reuniones,
celebraciones y por agasajar los visitantes. El masato es la bebida que
da identidad a la cultura indígena. El petróleo no. El petróleo, por
mucho que debería parecer signo de riqueza, lo es de desestructuración
social y cultural, de contaminación, de enfermedad y de muerte.
Y si hablamos de petróleo, también hablamos de biodiesel y de los millares y miles de hectáreas que se pretenden incorporar al cultivo de palma aceitera por producir el mal nombrado combustible renovable.
“Amazonia, masato o petróleo” quiere mostrar el menosprecio de los poderes políticos y económicos hacia la selva y sus pobladores, porque practican una economía de subsistencia y no son productivos. Quiere denunciar la política del gobierno contra los indígenas y campesinos de la selva, considerados ciudadanos de segunda categoría, que son invadidos, engañados y desplazados de sus comunidades por entregar los recursos a las grandes empresas nacionales y transnacionales con la intención principal de dar satisfacción al Tratado de Libre Comercio en los Estados Unidos de América.
Aun así, la selva ha dicho basta y ha empezado a movilizarse y levantar la voz contra los decretos ley que amparan esta política neoliberal del gobierno. La Amazonia quiere marcar su propio ritmo de crecimiento, reclamar dignidad por las personas y respeto por su cultura.
Y si hablamos de petróleo, también hablamos de biodiesel y de los millares y miles de hectáreas que se pretenden incorporar al cultivo de palma aceitera por producir el mal nombrado combustible renovable.
“Amazonia, masato o petróleo” quiere mostrar el menosprecio de los poderes políticos y económicos hacia la selva y sus pobladores, porque practican una economía de subsistencia y no son productivos. Quiere denunciar la política del gobierno contra los indígenas y campesinos de la selva, considerados ciudadanos de segunda categoría, que son invadidos, engañados y desplazados de sus comunidades por entregar los recursos a las grandes empresas nacionales y transnacionales con la intención principal de dar satisfacción al Tratado de Libre Comercio en los Estados Unidos de América.
Aun así, la selva ha dicho basta y ha empezado a movilizarse y levantar la voz contra los decretos ley que amparan esta política neoliberal del gobierno. La Amazonia quiere marcar su propio ritmo de crecimiento, reclamar dignidad por las personas y respeto por su cultura.