El 18 de julio de 1936 un golpe de Estado desencadenó la guerra civil española, a la que sucedió la dictadura de Francisco Franco. Décadas después, historiadores y víctimas denuncian que España es el segundo país del mundo con mayor número de desaparecidos y que no existe una política de Estado que afronte las deudas del pasado. Tanto es así que, mientras los familiares piden verdad y reparación, es la justicia argentina la que actualmente investiga los crímenes del franquismo.
España es el segundo país del mundo después Camboya con más víctimas de desapariciones forzadas cuyos restos no han sido recuperados ni identificados.
Durante la dictadura franquista, en España se empleó a más de 400.000 presos políticos que, en condiciones extremas, estaban distribuidos en campos de concentración dentro de un sistema de explotación sistemática. Es imposible saber la cantidad de muertos que dejó este sistema tras de sí durante años en sectores como el de la minería o la construcción, pero está claro que el Estado franquista fue el mayor beneficiado, junto a la Iglesia, los terratenientes y empresas privadas que en la actualidad siguen cotizando en la Bolsa española.