Paraguay es un país históricamente campesino que durante los últimos años cayó en manos de grandes corporaciones, principalmente la multinacional de semillas y herbicidas Monsanto. Son miles los campesinos enfermos por el uso de pesticidas y sus cosechas están cada vez más contaminadas.
Una agricultura basada durante décadas en el autoconsumo y en ofrecer los mejores alimentos, ahora se centra en el monocultivo. Miles de hectáreas de soja crecen en Paraguay y se convertirán posteriormente en alimento para ganado de todo el mundo, mientras el país tiene cada vez más problemas para abastecerse a su población de comida de calidad que en su mayor parte se importa.
Ante las dificultades en el campo miles de paraguayos se ven en la necesidad de instalarse en suburbios de las ciudades, verdaderos cinturones de pobreza, donde la única labor que pueden realizar es el reciclaje de basura.
El país comenzó a cambiar esta política hace pocos años con la llegada de Fernando Lugo al poder, pero el golpe de Estado apoyado por grandes empresarios del país ha conseguido que la situación en el campo paraguayo sea peor que nunca.
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