¿Alguien nos está engañando cuando salen los resultados de las elecciones?
Cuando
vamos a votar, hay una serie de fantasmas que están siempre ahí:
misteriosos agentes, mecanismos y leyes extrañas hacen que no salga
exactamente lo que la sociedad haya votado. Que el escaño “cueste” más
en un sitio que en otro. Muchos se ofrecen a solucionarlo: abrir las
listas, hacer nuevos distritos electorales, cambiar de sistema y hacerlo
como en Estados Unidos o en Alemania…
Mientras, nosotros sólo queremos que nos dejen en paz.
Sólo
pedimos “un hombre, un voto”. ¿Tan difícil es? ¿Quién coño es D’hondt?
Si sólo quiero mandarlos a la m***, ¿voto nulo, en blanco o me quedo en
casa? ¿Por qué todo parece tan complicado? ¿No puede alguien contarlo de
forma simple e indiscutible?