En los bosques, jardines y al borde de los caminos, crecen plantas totalmente comestibles que nada tienen que envidiar a las lechúgas, los tomátes o cualquier otra verdura de las que acostumbramos a llevar a nuestro plato. Hay quién les llama malas hierbas, pero esto depende del punto de vista con el que se mire.
Como dice Josep, este conocimiento puede servirnos en tiempos de crisis, ya que se trata de un regalo de la naturaleza que no nos cuesta ni un céntimo.
La comida que pisamos (con Josep Pàmies) from Miquel Figueroa on Vimeo.