Una película que expone las contradicciones de la democracia
representativa. Un sistema que nos viene instituido desde niños y que
parece ser incuestionable. ¿Cómo puede funcionar un sistema de igualdad,
fraternidad y libertad dentro de un sistema capitalista, que se funda y
se basa en la desigualdad y las jerarquías?
La cuestión es sencilla: ¿cómo puede funcionar un sistema de igualdad, fraternidad y libertad dentro de un sistema capitalista, que se funda y se basa en la desigualdad y las jerarquías? Sin embargo, la solución de la ecuación es compleja, siendo la democracia representativa un sistema que nos viene instituido desde niños y que no se discute. “Es el menos malo de los sistemas, no hay otro mejor” es la frase que nos deja tranquilos, sin cuestionarnos que al sistema le es imposible sostener en la práctica sus bondades en la teoría, por ejemplo, “todos somos iguales ante la ley”.
El documental intenta exponer estas contradicciones, con el fin de comenzar a discutir lo impuesto, lo supuestamente indiscutible. Y tomando el pensamiento de Tomas Ibáñez como guía: “¿Se puede ser antiautoritario, enemigo de las dictaduras, adversario de los totalitarismos, y declararse simultáneamente antidemócrata? Pues claro. Basta con no caer en esa ingeniosa artimaña retórica que logra enmascarar las características definitorias de la Democracia y que consigue establecer como términos antónimos por excelencia las palabras Dictadura y Democracia […] Yo no sé lo que pensaréis, pero por mi parte estoy bastante harto de que siempre que arremetemos contra la Democracia tengamos que hacerlo, sobre todo en este país, con cierta precaución, tengamos que justificarnos de manera casi vergonzante, como si tuviéramos que pedir perdón por no acatar el sistema democrático. Pues bien, me gustaría sugerir una estrategia bastante simplona para invertir los papeles, para que sean los defensores de la Democracia quienes tengan que justificarse. La estrategia es bien simple, cuando se nos pide que aceptemos el juego democrático, cuando se nos dice que debemos contribuir constructivamente al mejoramiento, a la profundización de la Democracia, tenemos que decir que sí, que estamos totalmente abiertos a jugar el juego de la Democracia, pero poniendo una única condición: que el juego al que se nos invita sea efectivamente el juego de la Democracia. Es la vieja astucia, que consiste en poner una sola condición, pero una condición de imposible cumplimiento. Tranquilos, nunca tendremos que jugar al juego de la Democracia, sencillamente porque la Democracia normativa es estrictamente incompatible con el sistema capitalista”.
Idioma: Español Latino
Nacionalidad: Argentina
Productora: Artó cine
La cuestión es sencilla: ¿cómo puede funcionar un sistema de igualdad, fraternidad y libertad dentro de un sistema capitalista, que se funda y se basa en la desigualdad y las jerarquías? Sin embargo, la solución de la ecuación es compleja, siendo la democracia representativa un sistema que nos viene instituido desde niños y que no se discute. “Es el menos malo de los sistemas, no hay otro mejor” es la frase que nos deja tranquilos, sin cuestionarnos que al sistema le es imposible sostener en la práctica sus bondades en la teoría, por ejemplo, “todos somos iguales ante la ley”.
El documental intenta exponer estas contradicciones, con el fin de comenzar a discutir lo impuesto, lo supuestamente indiscutible. Y tomando el pensamiento de Tomas Ibáñez como guía: “¿Se puede ser antiautoritario, enemigo de las dictaduras, adversario de los totalitarismos, y declararse simultáneamente antidemócrata? Pues claro. Basta con no caer en esa ingeniosa artimaña retórica que logra enmascarar las características definitorias de la Democracia y que consigue establecer como términos antónimos por excelencia las palabras Dictadura y Democracia […] Yo no sé lo que pensaréis, pero por mi parte estoy bastante harto de que siempre que arremetemos contra la Democracia tengamos que hacerlo, sobre todo en este país, con cierta precaución, tengamos que justificarnos de manera casi vergonzante, como si tuviéramos que pedir perdón por no acatar el sistema democrático. Pues bien, me gustaría sugerir una estrategia bastante simplona para invertir los papeles, para que sean los defensores de la Democracia quienes tengan que justificarse. La estrategia es bien simple, cuando se nos pide que aceptemos el juego democrático, cuando se nos dice que debemos contribuir constructivamente al mejoramiento, a la profundización de la Democracia, tenemos que decir que sí, que estamos totalmente abiertos a jugar el juego de la Democracia, pero poniendo una única condición: que el juego al que se nos invita sea efectivamente el juego de la Democracia. Es la vieja astucia, que consiste en poner una sola condición, pero una condición de imposible cumplimiento. Tranquilos, nunca tendremos que jugar al juego de la Democracia, sencillamente porque la Democracia normativa es estrictamente incompatible con el sistema capitalista”.
Idioma: Español Latino
Nacionalidad: Argentina
Productora: Artó cine