La guía perversa de la ideología
es una nueva vuelta de rosca al rol de Slavoj Zizek como el Lionel Messi de la filosofía mundial, el hombre de los regates dialécticos imposibles, el maestro del uso de artefactos pop para explicar conceptos políticos, filosóficos y psicoanalíticos enrevesados. Otra muestra explosiva, en definitiva, de lo que Zizek mejor sabe hacer: convertir la divulgación filosófica y la agitación política en espectáculo. Y si uno tiene que disfrazarse para que la gente entienda la relación entre Marx, Lacan y el Titanic de James Cameron, se disfraza. En efecto, Zizek aparece en el filme caracterizado como los personajes de los que habla. Disertando sobre las complejidades de la ideología en una barca a la deriva o postrado en el camastro donde dormía Robert Niro en Taxi Driver. Erudición, humor y comentarios políticos afilados. ¿Quién da más?
Pero volvamos a Tiburón. ¿Quién tiene razón? ¿Fidel Castro o un sector
de la crítica? Pues todos y ninguno, según Zizek. "¿Cuál es la respuesta
correcta? Yo creo que ninguna de las dos pero, al mismo tiempo, ambas.
Los estadounidenses corrientes, o las gentes de cualquier país, tienen
gran cantidad de miedos. Tal vez tememos que los inmigrantes, o las
personas que percibimos como inferiores, nos ataquen o nos roben.
Tememos que alguien viole a nuestros hijos. Tememos los desastres
naturales; tornados, terremotos y tsunamis. Tememos a los políticos
corruptos. Tememos a las grandes compañías, que básicamente hacen con
nosotros lo que les da la gana... Pues bien, la función del tiburón
sería unir todos esos miedos para que, en cierto modo, cambiemos todos
los miedos por uno solo. De esta forma nuestra experiencia de la
realidad es mucho más sencilla", resume Zizek. Y ahora viene la
analogía: ¿Qué mejor ejemplo de sociedad que une todos sus miedos en uno
que la Alemania de Hitler? O el nazismo y su capacidad para echarle la
culpa de todos los problemas de Alemania a los judíos. Tiburóncomo
metáfora involuntaria del ascenso del nazismo. Ahí queda eso.
Zizek utiliza el ejemplo de Tiburón para ir más allá del trasfondo
ideológico del filme. Porque Guía ideológica para pervertidos es también
una reflexión sobre los efectos de la ideología en la vida cotidiana y
los retos a los que se debe enfrentarse uno para superar la estructura
ideológica que sostiene la sociedad. Como si fuéramos capaces de
desvelar algunas distorsiones políticas que rodean nuestras vidas, pero
no todas, como muestra Zizek recurriendo a uno de los clásicos ocultos
del Hollywood moderno:Están vivos (1988), de John Carpenter, que sirve
como arranque del documental.
Están vivos cuenta la historia de un hombre que encuentra unas gafas que
le permiten ver la ideología que se esconde detrás de cada persona y
cada objeto. La tramoya de la realidad puesta al descubierto; justo lo
que Zizek intenta hacer en Guía ideológica para pervertidos. "Las gafas
funcionan como unas gafas de crítica de la ideología. Permiten, por
ejemplo, ver el mensaje real que se esconde tras los carteles
publicitarios. Ves un gran cartel que te promete las vacaciones de tu
vida y cuando te pones las gafas sólo lees: cásate y reprodúcete",
resume el filósofo.
Fuente:http://www.naranjasdehiroshima.com/