Producción francesa que nos muestra dónde están, cómo funcionan y quiénes son los beneficiarios de los limbos financieros.
La peculiaridad de estos depósitos es que están totalmente exentos de pagar impuestos, lo que atrae a las grandes riquezas de todo el mundo. Se calcula que más de ocho billones de euros descansan en los paraísos fiscales sin que sus propietarios paguen ni un céntimo al erario público de sus respectivos países.
En plena crisis económica, lo injusto de esta situación se ha hecho más evidente para los grandes mandatarios. En la reunión del G20, que se celebró en abril del pasado año en Londres, se concretaron treinta medidas para cerrar el cerco a los limbos financieros, de forma que la riqueza oculta en estos espacios de opacidad salga a la luz y revierta en el resto de la población.
Así mismo, se determinaron sanciones a los paraísos fiscales que no cooperen en facilitar datos sobre evasión fiscal, lavado de dinero y financiación del terrorismo. Pero en realidad, todo quedó en unos acuerdos tibios, donde prevaleció el consenso neoliberal, para que nada perturbe la movilidad internacional del capital financiero.
El documental explica cómo funcionan las firmas de auditorías, expertas en asesorar a sus clientes sobre el lugar más ventajoso donde colocar su dinero, así como las agencias de investigación de impuestos.
Más allá de las fronteras de la legalidad, los expertos coinciden en que el uso de los paraísos fiscales para la evasión de impuestos, se ha convertido en uno de los mayores atentados éticos contra la redistribución de la riqueza de un mundo en crisis.
La peculiaridad de estos depósitos es que están totalmente exentos de pagar impuestos, lo que atrae a las grandes riquezas de todo el mundo. Se calcula que más de ocho billones de euros descansan en los paraísos fiscales sin que sus propietarios paguen ni un céntimo al erario público de sus respectivos países.
En plena crisis económica, lo injusto de esta situación se ha hecho más evidente para los grandes mandatarios. En la reunión del G20, que se celebró en abril del pasado año en Londres, se concretaron treinta medidas para cerrar el cerco a los limbos financieros, de forma que la riqueza oculta en estos espacios de opacidad salga a la luz y revierta en el resto de la población.
Así mismo, se determinaron sanciones a los paraísos fiscales que no cooperen en facilitar datos sobre evasión fiscal, lavado de dinero y financiación del terrorismo. Pero en realidad, todo quedó en unos acuerdos tibios, donde prevaleció el consenso neoliberal, para que nada perturbe la movilidad internacional del capital financiero.
El documental explica cómo funcionan las firmas de auditorías, expertas en asesorar a sus clientes sobre el lugar más ventajoso donde colocar su dinero, así como las agencias de investigación de impuestos.
Más allá de las fronteras de la legalidad, los expertos coinciden en que el uso de los paraísos fiscales para la evasión de impuestos, se ha convertido en uno de los mayores atentados éticos contra la redistribución de la riqueza de un mundo en crisis.
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