El proyecto Nord Stream 2 es sumamente controvertido. El documental
concede voz tanto a sus partidarios como a sus detractores. Las tuberías
de acero llamadas "Nord Stream 2" costarán 10 mil millones de euros y
conectarán la Víborg rusa con la Lubmin alemana. Este corredor de
transporte pronto podría permitir que la mayor parte de las
exportaciones de gas natural de Rusia fluya a la UE. Muchos se oponen al
proyecto del gasoducto: polacos, eslovacos y países bálticos que temen
una vía preferente entre rusos y alemanes. Además, perderían cientos de
millones en peajes. Ucrania se sentiría abandonada a merced de los
intereses rusos, si Occidente dejara de necesitarla como un corredor
energético. Estados Unidos apuesta por la venta de su propio gas licuado
y amenaza con sanciones. En la UE, los opositores del gasoducto
intentan postergar la construcción de la línea del mar Báltico y
boicotearla con trucos legales. Por el contrario, los representantes del
gobierno en Berlín y Moscú dicen que el proyecto es puramente privado,
que garantiza la seguridad del suministro y un precio módico del gas
natural. Los partidarios y los detractores solo concuerdan en una cosa:
Nord Stream 2 marcaría la política energética de Europa de las próximas
décadas y también modificaría la geopolítica. Puesto que las cuestiones
de energía siempre se relacionan con el poder. Rusia lo sabe y lo ha
demostrado varias veces en el pasado. Sin embargo, en este "gran juego"
también está involucrado Estados Unidos.
El documental presenta los pros y los contras del gasoducto Nord Stream
2. El excanciller alemán Gerhard Schröder, que hoy trabaja para Nord
Stream AG, apoya el proyecto. Los opositores, como el ex primer ministro
de Polonia y actual eurodiputado, Jerzy Buzek, explican su rechazo. La
película se rodó en escenarios de Alemania y Francia, en Ucrania,
Georgia, Bruselas y Moscú.
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